Bueno, hemos mencionado ya algunos de los beneficios, pero si quieres algo más concreto, podemos hacer una lista:

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• Puedes tener un entendimiento más honesto y profundo de quién eres. Encontrar tus «por qué», la motivación que te impulsa a levantarte cada mañana. Por la razón que sea, muchas personas se convierten en lo que creen que los demás esperan que sean, en lugar de ser lo que están destinados a ser y lo que quieren ser. Si sientes que no encajas, quizá sea porque no estás siendo tu auténtico yo. Juntos podemos averiguarlo.

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• Identifica, transforma y revierte pensamientos y creencias limitantes que pudieras tener. Deja de dar poder a esos pensamientos negativos que te han frenado y han impedido que te conviertas en quien estás destinado a ser.

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• Te ayuda a tener claridad respecto de quién eres como persona, como padre, como profesional y como pareja. ¿Estás contento con tu carrera? ¿Tu nivel de satisfacción está afectando tu dinámica familiar? ¿Estás discutiendo con tus seres queridos porque te sientes frustrado o amargado con tu vida? ¿Sientes que has alcanzado todo tu potencial? ¿Eres quien quieres ser? ¿O quien los demás esperan que seas?

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• Transforma tu mentalidad. Ve el mundo desde otra perspectiva. Crea cambios transformadores descubriendo nuevas formas de ver la vida que potencialmente pueden cambiar tu vida para siempre.

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• A través del coaching puedes aprender a diseñar planes de acción, crear metas inteligentes. Es maravilloso cuando conseguimos claridad sobre quiénes somos y cuáles son nuestros objetivos, eso nos permite perseguir nuestras metas sintiéndonos seguros de a dónde vamos, y a ir con todo. Perseguir metas y crear hábitos transformadores puede ser muy duro y llevarnos a procrastinar. Trabajar con un coach de vida puede marcar toda la diferencia del mundo en alcanzar nuestras metas.

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• Persigue tus sueños y consigue tus objetivos. Podemos crear estrategias prácticas y fijar objetivos inteligentes y alcanzables, establecer formas de dar seguimiento con regularidad y sobre todo descubrir el «por qué» que nos mueve. Ningún sueño es demasiado grande si está impulsado por nuestro «por qué».